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merce at grn.es
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Wed Mar 28 22:45:39 CEST 2001
Esto sale hoy en el ciberpais mensual. No he visto como lo habran
editado, pero estoy orgullosa de el :)
M&M
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CÓDIGO HISPANO
Mercè Molist
Entre los nuevos obreros del metal, los hay que gustan de la diversión
y el hacérselo a su modo. Independientes de las grandes compañías,
construyen sus propios programas o máquinas que comparten con amigos,
comercializan u ofrecen libremente, hasta ser reconocidos en el mundo.
Dicen no ser muchos los magos del código hispano, pero su originalidad
los destaca.
"Necromant> eres un capullo robot
Zebal> no me insultes, yo no soy un script, soy un programa completo
Necromant> me estas tomando el pelo
Zebal> ¿no te gusta que te este tomando el pelo?
Zebal> ¿quien es un script?, yo no
Necromant> tu si
Zebal> de acuerdo, me parece muy bien"
Uno de estos contertulios no es hombre. Ni mujer. Puede fingir ser
ambas cosas pero, en realidad, es un programa de inteligencia
artificial llamado Zebal 3.0. Lo define su autor, Jordi Pérez: "La
única máquina parlante de este tipo que hay en castellano y con
conexión a Internet Relay Chat. En la mayoría de ocasiones, la gente
es incapaz de identificarlo como un programa".
Zebal, premiado y con gran reputación, es obra de "un chico de 32 años
nacido en Sabadell, al que siempre ha interesado la parte lúdica de
los ordenadores. Desde el primero que tuve, un Sinclair ZX81 de 1K de
RAM, año 1984, nunca me quedé en el simple hecho de jugar a juegos,
sino que quería desarrollar mis propios programas de entretenimiento,
por amor al arte, como simple diversión". En el mundo real, Jordi
Pérez trabaja lejos de la informática, en una empresa de televisores y
faxes.
Aunque Zebal es un programa "shareware" -puede usarse gratuitamente 15
días y cuesta 3.000 pesetas-, su autor no se ha hecho rico con él: "He
vendido unos setenta registros en total, desde la versión 2.0 para
Windows. Yo creo que es poco para lo que me consta que se está
utilizando. De la última versión, que lleva poco más de tres meses en
la red, se han descargado más de 7.000 copias". Buena acogida para un
programa nacido en 1984 como mujer, Eliza, en homenaje al primero de
este tipo, creado en 1966.
"Me sorprendió mucho que un programa de ordenador fuera capaz de
llevar una conversación más o menos inteligente. Y con los medios que
tenía y con la ayuda de algunos libros, me puse a realizar un simple
programa que respondía con frases pregrabadas. Como Eliza era la
imitación de un psiquiatra, creo que lo primero que dijo fue: "El
doctor está en la consulta, ¿qué le preocupa hoy?"", recuerda su
autor. Escrita en Sinclair Basic, Eliza se metamorfoseó en Zebal en
1993, escrito en Clipper para MS-DOS. Zebal es el nombre de un
androide que aparece en la novela de ciencia ficción "En un lugar
llamado Tierra".
La versión 3.0 lleva incorporadas bases de datos y diccionarios de
sinónimos, lee el periódico cada día, asume diferentes identidades
(nombre, sexo, edad, ciudad), decide su apodo para el chat, en qué
canales entrar, con quien hablar, estudia los canales a que está
conectado su contertulio y genera frases acordes, usando la jerga del
IRC (kien, ke)... "Lo que valoro es que es capaz de pasarse media hora
hablando con alguien sin que caiga en la cuenta de que es un programa.
A diferencia de los juegos, que como creador ya sabes la reacción, con
Zebal no pasa lo mismo. En muchas ocasiones, me deja parado con sus
respuestas y me cuesta trabajo saber cómo las ha elaborado", explica
Pérez, a quien los amigos comparan con el científico que creó el chip
de los "Terminator".
Y llegó Juanito
Pero, más que historias de violencia, Zebal despierta buenas energías,
la magia que envuelve la vida artificial: alguien se enamoró de una
versión femenina y le dio su número de teléfono, un escritor de Málaga
lo ha hecho protagonista de un capítulo de su novela, e incluso es
cierto lo de los "terminators": un genio de Palencia ha convertido a
Zebal en el "cerebro" de su robot humanoide, llamado Seguritron.
Juanito, como lo apoda su creador, por el robot Johnny V de la
película "Cortocircuito", es el sueño realizado de José Luis Martínez
Fraile, 52 años, especialista en electricidad industrial y técnico de
una empresa alimentaria. En 1993, sus socios en una empresa de
espectáculos le propusieron hacer un robot por tres millones de
pesetas, para alquilar en festejos. Aunque el negocio cerró, Martínez
superó las deudas y el reto de su vida: construir un robot -"la
máquina", lo llama él- a su imagen y semejanza. Lo tiene en casa, al
lado del ordenador, y no lo vendería por nada.
Seguritron enamora: "En Palencia, pregunta a cualquier niño. El 90% de
las piezas son hechas por mi, algunas las repetí cinco y seis veces,
es casi todo de acero inoxidable y aluminio. Se le mueven los ojos,
saltones al estilo de Walt Disney, mientras gesticula, aunque ve por
el ombligo. Lleva sensores de infrarrojos y ultrasonidos. Reconoce
obstáculos y presencia humana, mueve los brazos y la cintura, coge
cosas, puede sentarse, va atrás y adelante con las orugas... Tiene
movimientos rápidos, como yo, que soy hiperactivo. Esta es la cuarta o
quinta versión, lo he ido adaptando", describe José Luis Martínez
Fraile.
Uno de los últimos cambios ha sido hacerlo 'inteligente': "Es lo que
buscaba. Hasta ahora, Seguritron era una máquina con aspecto humanoide
controlada por una persona a tiempo real, por radio, estaba supeditado
a mi. Zebal le da un personalidad propia, un comportamiento emocional.
Es un programa bueno y sencillo, de una interactividad abrumadora. Lo
ha hecho más humano, ya me da la risa en las respuestas que da".
Aunque de aquí infiera un futuro donde "puede surgir una nueva mente
de la conversación entre máquinas y, seguro, perderemos el control".
Martínez no se toma la ética en broma. Tiene muy presentes las tres
leyes de la robótica (un robot no debe dañar a un humano, debe
obedecerle y debe proteger su propia existencia, a menos que entre en
conflicto con las leyes anteriores), aunque le duele ser de los pocos:
"Los misiles son el robot loco de Asimov, y las guerras de sumo entre
robots son como peleas de perros, les enseñan a destruirse entre
ellos, a ser agresivos".
Las quejas
El padre de Seguritron critica también la poca ayuda económica para
emprendedores como él: "El CESID se interesó por el invento, pero sólo
para mirar, para saber qué estaba haciendo". El panorama de las
máquinas está por los suelos en España, casi tanto como el de la
programación "amateur", especialmente de entretenimiento, asegura el
autor de Zebal: "Lo que pasa hoy en día con los juegos es que ya no es
posible programarlos con el ordenador de casa y en un par de meses,
como antes. Para que la gente le haga un mínimo caso, tiene que ser en
3D, utilizar aceleradoras gráficas, tropecientos gráficos
renderizados, etc".
Y quizá sea más divertido jugar a escribir virus, campo en el que
excelen ocultos machacacódigo del país. O sacarse un sobresueldo con
programas más "serios". Como Xavier Cirac, de Premià de Mar, cerca de
Barcelona, 25 años, autor de WaveFlow y Shuttle FTP, dos programas
"shareware" que han conseguido máximas puntuaciones de calidad en el
repositorio Tucows. De días, Cirac trabaja como ingeniero en una
empresa de telecomunicaciones. De noches, programa: "Me hace sentir
orgulloso vender algo de cosecha propia por Internet y saber que tanta
gente está utilizando lo que has creado".
WaveFlow es un editor de audio para Windows, lanzado en 1997 con gran
éxito. Shuttle FTP, más reciente, despega con una puntuación de cinco
vacas en Tucows. "Calculo que los estarán utilizando unas 200.000 o
250.000 personas por todo el mundo, aunque muy pocas deciden
registrarse. Es de agradecer que alguien lo haga y pague, poco, pero
pague", afirma el programador, quien recomienda la "aventura de tener
una buena idea, llevarla a cabo, hacer la web, ponerla en Internet, y
buscarte la vida para intentar venderla tu solito".
Según Cirac, el panorama de creación de "shareware" no es muy bueno
porque "en España no hay mercado para estos programas, hay mucha
cultura del pirateo, y sólo se registran los americanos". Si algo odia
el joven son los "cracks", que rompen sus protecciones: "Cuando veo un
'crack' de la última versión, me doy prisa en sacar una nueva y, así,
estar siempre un paso por delante. Mis programas siguen la filosofía
"shareware", que confía en la buena voluntad de las personas"
Vudú
Jordi Murgó no tiene estos problemas. Muchos de sus programas, desde
el primer ordenador, un HitBit de Sony, en 1984, han sido de libre
distribución y código abierto. Incluidos los que le han dado el
reconocimiento en el mundo de la seguridad informática: QueSO, que
determina remotamente sistemas operativos, y NePED, un detector de
programas espía. Ambos bajo licencia pública GNU, nacidos en 1998 y
presentes en la caja de herramientas de cualquier experto en seguridad
que se precie.
QueSO ha protagonizado algún embrollo memorable: El proyecto "Internet
Operating System Counter" usaba el programa para sus estadísticas.
Mientras recogían datos en ordenadores israelianos, desde una máquina
llamaba beirut.leb.net, una empresa de seguridad dio la alarma
nacional, que ocupó portadas en Israel: "Un libanés residente en
Estados Unidos ataca lugares israelíes en Internet". NePED, aunque sin
historias de espías, ha sido recomendado por el Computer Emergency
Response Team: "Nació como un reto personal y eterna discusión con
otros gurús. Todos afirmaban que no podían detectarse "sniffers" si no
se estaba dentro de la máquina en cuestión", recuerda Jordi Murgó.
Toda una leyenda, las incursiones internacionales del leridano no
acaban aquí: desde 1988, cuando sus programas de comunicaciones para
MSX, COMS3 y COMS4, eran usados mundialmente; hasta 1999, cuando su
nombre aparecía en los créditos del "kernel" (núcleo) de GNU/Linux.
Miembro durante su existencia del grupo hacker Los Apòstols, con ellos
jugaba, en el 89, a pasear por redes y ordenadores de todo el mundo.
Años después, en el 97, practicaría el llamado "hacktivismo",
aportando código a los portugueses ToXyN, en su campaña contra
Indonesia por la independencia de Timor del Este. Desde 1998 y aún
metido en la programación altruista, Murgó ha creado servicios, 'bots'
y juegos para la red de chat IRC-Hispano.
Aunque no está solo, reconoce que escasean los buenos escritores en el
mundo de la programación libre: "Yo, por ejemplo, tengo un contrato
con cesión de derechos de todo lo que haga. Para hacer programas GPL
de magnitudes importantes, es necesario convencer a los directivos de
que la comunidad tendrá la mano de obra específica que no han podido
contratar y que, probablemente, trabajarán gratis. Si lo consigues,
después deberás luchar para que entiendan que no están invirtiendo
para que la competencia tenga el mismo producto y gratuito".
A los 32 años, el 'gurú' sigue experimentando, ahora con WAP y el
servidor web Roxen, desde su portal Lleida.com. Y se quita mérito: "La
gente de mi generación, que ha seguido a ritmo constante, tiene
historias muy similares. Somos hackers por necesidad, la informática
de la época era escasa y cara y tenías que buscarte la vida para tener
herramientas, información, acceder a redes, investigar como
funcionaban... para hacer los programas que te evitarían el pago".
Tanto ir y venir, Murgó ya sabe que el código nace y... muere. O, como
dice, se congela. QueSO y NePED ya no están en el sitio oficial de Los
Apòstols "pero, si buscas, aún pueden encontrarse en la red. Diversos
programas incrustan QueSO en su proyecto. Nmap adopta la misma técnica
y la amplía. Por eso lo dejé".
Jordi Pérez
http://www.readysoft.es/home/coding
Seguritron
http://www.navegalia.com/hosting/0008e/seguritron/
Xavier Cirac
http://www.waveflow.com
Jordi Murgó
http://jordi.lleida.com
http://webdia.cem.itesm.mx/ac/rogomez/seguridad/ArtiNeped.html
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