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Thu Nov 8 17:57:53 CET 2001



Y AHORA, SIN CABLE


Mercè Molist
"El  futuro va a ser sin cables" afirma un extrañamente excitado Jesús
González Barahona, personalidad del mundo hispano de programas libres.
Hace  dos  años  que  el  Grupo  de  Sistemas  y  Comunicaciones de la
Universidad  Rey  Juan  Carlos,  donde  trabaja,  disfruta  de una red
inalámbrica  basada en el protocolo 802.11b, la diversión del momento,
que  permite  bajarse  el correo en el bar o pasar la clase navegando.
Como  dice  González  Barahona  y todos los que lo han probado: "Es el
tipo de cosas que no se te ocurre cómo has podido vivir sin ella".

Los  portátiles  se  liberan  del  último cable: el de Internet. En la
incipiente  revolución  española  del "wireless" (inalámbrico), no son
las  empresas  sinó  las  universidades  quienes están tirando fuerte.
Buena  parte  de las escuelas técnicas tienen en marcha pequeñas redes
que  cubren  departamentos,  edificios  o todo el campus. Sus usuarios
sólo  necesitan  instalarse, en el ordenador o el PDA, una tarjeta que
les  enlaza,  por  radio  y  gratuitamente,  con  el nodo más cercano,
conectado  a Internet por las lineas de alta capacidad de la académica
RedIris.

El  protocolo  802.11b,  o  Wi-Fi  (wireless fidelity), es un estándar
desarrollado  por la Wireless Ethernet Compatibility Alliance, que une
a  más  de  cien empresas como Intel, Cisco, IBM o Microsoft. Su éxito
radica  en  su  velocidad, 11 Mbps, y en que usa una frecuencia que no
necesita  licencia, 2,4 GHz. Las tarjetas, que fabrican Lucent, Dell o
Apple,  cuestan  unas  35.000 pesetas. Para montar un nodo se necesita
además  una  pasarela  a  Internet  (otra tarjeta o un ordenador), una
conexión  (ADSL,  cable o por ondas) y una antena que, si es exterior,
puede  cubrir  1,5 km, 150 metros si es interna. La tecnología permite
también moverse en coche, a una velocidad de 90 km/h.

La  cobertura  es  el gran problema. "Montar una red de 802.11b con la
cobertura  de GSM es imposible, se necesitarían millones de celdas. Es
para  'hot-spots':  estaciones  de  tren,  aeropuertos,  restaurantes,
oficinas",  explica Alberto Escudero Pascual, quien acaba de presentar
su  tesis  de  doctorado  en  el  Royal  Institute  of  Technology  de
Estocolmo,  sobre  privacidad  en  comunicaciones móviles. Conoce bien
este  elemento,  ya  que su universidad tiene una red inalámbrica a la
que   se   conectan   300   alumnos,  además  de  estar  desarrollando
FlyingLinux, una distribución de GNU/Linux para el mundo sin cables.

Escudero  participó  este  verano en la puesta en marcha de una de las
mayores redes 802.11b conocidas, la del congreso Hackers At Large, que
reunió  a  miles  en Holanda y a 580 en el aire. "He visto a gente sin
ninguna  experiencia  conectarse en diez minutos" dice. Así, las redes
inalámbricas  han saltado a las calles, donde se han encontrado con el
mundo  de  los  programas  libres.  En  un  espíritu  de  anarquía   y
colaboración entre vecinos que recuerda a las BBSs y redes ciudadanas,
cada vez aparecen más proyectos conectando barrios, pueblos y ciudades
de   Europa,  Estados  Unidos  y  Australia,  como  Seattle  Wireless,
NYWireless o la londinense Consume.

Este  otoño,  se  han  dado  a  conocer  las tres primeras iniciativas
españolas:  SCQWireless,  en  Santiago de Compostela, MadridWireless y
RedLibre,  que  quiere  cubrir todo el país. RedLibre tiene ya algunos
nodos  funcionando,  explica  su  fundador  y  radioaficionado,  Jaime
Robles: "Hay algunas personas mirando equipos, algunos ya los tienen y
están  haciendo pruebas, pero aún no es algo extendido". Según Robles,
el  problema  es  económico:  "Esta tecnología usa microondas con baja
potencia,  que  se  ven muy afectadas por los obstáculos. Una celda no
cubre  más  de  una o dos manzanas. Para todo Madrid, por ejemplo, hay
que instalar muchísimos nodos".

Aunque  la  tecnología  es  legal, su rápida diseminación ha puesto en
alerta  a  los  proveedores  de  acceso, que hablan de "contrabando de
ancho  de  banda",  "pirañas"  y  "parásitos".  En  las Redes Abiertas
ciudadanas,  los  usuarios  no pagan, sólo lo hace el nodo, que ofrece
altruistamente  el ancho de banda sobrante de su conexión. Time Warner
ha  avisado ya de que compartir una conexión por cable a través de una
red  Wi-Fi es una violación de su acuerdo con el cliente, sujeta a las
leyes federales y estatales. La sombra de Napster planea cerca.

Deal,  artífice  de  MadridWireless, opina: "Un cliente puede hacer lo
que  quiera  con  el  caudal  que  ha  contratado".  También lo piensa
Escudero:  "Es  una  tecnología  que permite montar una red a muy bajo
costo y dar conectividad flexiblemente. Ese es el problema que ven los
operadores,  que  quieren cobrar dos y tres veces por un caudal que ya
está  pagado".  De todas formas, dice Jaime Robles, con o sin Internet
la  diversión  está asegurada: "Si los nodos se conectan entre sí sólo
por  radio,  las  posibilidades  siguen siendo enormes: juegos en red,
correo... sería una Internet paralela".



¿BOFETÓN A 3G?


"Este  proyecto  nace  del  especticismo hacia la reivindicación de la
industria  de  telecomunicación  sobre  la  utilidad  y el éxito de la
futura tercera generación de sistemas de telefonía móvil. La comunidad
de  Internet  piensa  mayoritariamente que su acceso será cada vez más
sin  cables,  pero  los  estándares  de la industria, como UMTS, están
basados  en  suposiciones  que no son ciertas", se lee en Elektrosmog,
punto  central  de  información sobre Redes Abiertas. De todas formas,
afirma  Jesús  González  Barahona,  "está por ver si vamos a tener una
evolución  hacia  UMTS,  que  tiene  resueltos  la  tarificación  y la
cobertura, o hacia WaveLAN (802.11b), que es mejor por ancho de banda,
o será una combinación".




LO MÁS... INSEGURO


El  protocolo  802.11b  lleva un sistema de cifrado llamado WEP (Wired
Equivalent  Privacy),  muy  inseguro según los investigadores, que han
podido  coger contraseñas y monitorizar y manipular comunicaciones. La
empresa  @Stake  demostraba,  en julio, que en menos de 30 segundos se
rompe   la   seguridad  de  una  red  inalámbrica.  Existen  programas
gratuitos, como AirSnort, que escuchan y descubren la clave.

Pero  lo  peor  es  que la mayoría de redes no están protegidas ni con
WEP,  según  recientes  experimentos  en  Estados Unidos, donde muchas
empresas  tienen  una  (sólo  en Manhattan se han identificado 1.400).
Estos  experimentos,  llamados "war driving" (término heredero de "war
dialing",  llamar  a  números  de  teléfono hasta encontrar un módem),
consisten en circular por una zona de empresas con una antena potente,
buscando  puntos  de  acceso  inseguros  que  puedan  llevar  a la red
corporativa.

"Los  mecanismos  de  autentificación  varían,  desde  las  redes  más
abiertas  donde  sólo  necesitas  un  IP,  las que tienes que hacer un
'login'  en  un  portal  de  la  web  o  las que necesitan un software
especial",  explica  Alberto  Escudero,  para quien la seguridad es un
problema  menor si se toman medidas: "Las redes de radio son inseguras
por  naturaleza.  Se  deben  usar  soluciones del tipo Virtual Private
Networks  o  bien  protocolos seguros: HTTPS, SSH, etc. Confiar en WEP
como la única solución no es buena idea".



802.11b
http://grouper.ieee.org/groups/802/11/
WECA
http://www.wi-fi.org
Mobiquo (GSyC)
http://mobiquo.dat.escet.urjc.es
Alberto Escudero Pascual
http://www.it.kth.se/~aep/publications/
RedLibre
http://www.redlibre.net
MadridWireless
http://madridwireless.net
SCQwireless
http://www.scqwireless.com
SeattleWireless
http://www.seattlewireless.net
NYWireless
http://www.nywireless.net
Consume
http://www.consume.net
WirelessFrance
http://www.wireless-fr.org
Personal Telco
http://www.personaltelco.net/
Elektrosmog
http://www.elektrosmog.nu
FreeNetworks
http://www.freenetworks.org
The Unofficial 802.11 Security Web Page
http://www.drizzle.com/~aboba/IEEE/
AirSnort
http://airsnort.sourceforge.net




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